Bitácora - Pensamientos de Pandemia - Por Osvaldo Daniel Acosta

 

Como el virus se sigue paseando por el planeta, vuelvo a compartir esta bitácora de Pandemia, con textos que quedaron pendientes de publicar. Espero que estas vivencias les parezcan amenas y puedan identificarse con algunas de ellas.

 

Ámbar y sus primeros 6 años.

Puede ser sirena del mar profundo.

Bibliotecaria consejera de libros para nietas.

Puede ser princesa de un castillo detrás del arco iris, en el reino Argentina.

Lectora de cuentos en idiomas aún no descubiertos.

Por estos días es viajera empedernida, inventando viajes a lugares insólitos.

Puede perderse en su mirada larga, como quien intenta adivinar el futuro.

Puede ser también jardinera experta en injertos, aunque no conozca su significado.

Puede cerrar sus ojos y con un caracol escuchar el mar, que aún no conoce.

Es cazadora de burbujas, que a veces se empeñan en desvanecerse, antes de caer en sus manos.

Puede ser tantas cosas como quiera, el tiempo dirá lo que pueda ser, por ahora es la

sonrisa que me roba, cada vez que me dice abuelo.

 


En la víspera.

Nadie muere en la víspera dice el dicho popular,

 sin embargo, las víctimas fatales se cuentan por millones en todo el mundo.

Este mundo que esta falsamente detenido, porque los que siempre ganaban lo seguirán haciendo.

 Y los que siempre perdían por goleada, como dice el dicho futbolístico también lo seguirán haciendo

Las noticias abruman y seguirán abrumando,

cuando salgamos a las calles las secuelas quedarán expuestas

y podremos ver como en una galería de arte a las miserias,

a las desgracias.

Y en una sala iluminada en un rincón estará,

 LA ALEGRÍA de los sobrevivientes esperando ser visitada

 



                                                Hermanas y hermanos de la vida.

Son la complicidad.

Son la alegría y la tristeza en su maridaje perfecto.

Son el mate conversado, tan conversado como una sobremesa trasnochada.

Son las hermanas y hermanos de la vida.

Son sentirte como en tu casa en la suya.

Son el barrio, son el abrazo justo en el momento apropiado.

Son en mi caso el recuerdo de un patio escolar,

 un potrero bajo la lluvia, un campamento en San Luis,

alguna borrachera de adolescencia, y otras con "efectos secundarios".

Son la radio, son los de la vida laboral,

son los de la política con los sueños de un país muchísimo más justo.

Son una canción, un recuerdo.

Son esa gente tan necesaria, como dice el poeta.






Comentarios

Entradas populares