Goles únicos e irrepetibles - Por Sergio M.
(En este espacio rescataremos hechos y personajes de nuestro deporte, injustamente olvidados y relacionaremos sus historias con algunas elecciones musicales -bastante eclécticas por cierto- que ilustren las narraciones)
Según la Regla 10 del Reglamento de la FIFA, en el fútbol, un gol, tanto o anotación se obtiene en el momento en que la pelota cruce completamente el plano formado por la línea de meta o línea de gol de un arco o portería pintada en el terreno de juego y delimitada por los tres postes que la forman, los dos laterales y el travesaño.
Así,
técnicamente definido, no dice mucho de la pasión que puede encender un gol o
de la belleza intrínseca que puede tener. Porque un gol puede ser convertido de
diferentes maneras, y hasta por circunstancias fortuitas y será festejado de
igual manera por los aficionados del equipo que lo consiga.
Pero
al margen de búsquedas o azares, de la estética o no de la jugada que desemboca
en los mismos, lo cierto es que hay ciertos goles que han entrado en la
historia por diferentes razones. Les traemos hoy un tríptico de goles
convertidos por la selección argentina que, por diferentes razones, son parte
de la memoria colectiva.
1.-
El gol con nombre propio
Entre los meses de mayo y julio de 1924 se celebraron los
Juegos Olímpicos de París. En ellos, la selección uruguaya de fútbol obtuvo la
medalla de oro, inaugurando una época de gloria del vecino país, que se
completaría con los títulos conseguidos en los juegos de Amsterdam, en 1928 y en el primer Campeonato
Mundial, en 1930, estos dos últimos galardones, ganados en sendas finales a
nuestro equipo nacional.
Vueltos a su tierra aquellos primeros campeones
olímpicos, y a modo de festejo, se organizaron dos encuentros ante la selección
argentina, a disputarse uno a cada margen del Plata.
El primero, jugado en Montevideo, solo dejó un empate en
un tanto para la estadística. En cambio el segundo de esos partidos, quedaría
en la historia, no por el 2 a 1 final en favor del conjunto argentino, sino por
varios hechos que cambiaron para siempre la nomenclatura del fútbol vernáculo.
Originalmente previsto para el 28 de setiembre de aquel
año, el partido quedó trunco por invasión al campo de juego a pocos minutos de
su inicio. Las entradas se agotaron rápidamente, y a las cuarenta mil vendidas,
se le agregaron las oficiales, las de favor y los colados (se dice que en ese
match comenzó la costumbre argentina de la reventa de entradas, ya que se
vendían a 5 pesos de la época en esta modalidad, lo que era una fortuna). Ello
así, las instalaciones del estadio de Sportivo Barracas (escenario de las
primeras hazañas del fútbol argentino) se vieron desbordadas por más de 50.000
personas, lo que hizo que las tribunas no las pudieran contener, provocando el
ingreso del público a la cancha y la suspensión del partido.
Entre otras medidas tendientes a evitar la repetición del suceso,
se dispuso la
colocación de un alambrado de metro y medio de alto que circundara todo el
terreno de juego, lo que a partir de entonces se conoce entre nosotros como
“alambrado olímpico”.
Reprogramado para el 2 de octubre de 1924, finalmente el
partido se llevó a cabo y, a los quince minutos de juego, el delantero argentino Cesáreo Onzari,
puntero izquierdo de Huracán, marcó por primera vez un gol directo desde el
tiro de esquina. Se debe tener en cuenta que poco tiempo antes se había
cambiado la regla que anulaba este tipo de conquistas.
El hecho, que se convirtió en histórico, motivó que se
describiera popularmente como “el gol a los olímpicos”, y con el correr del
tiempo pasó a denominarse en toda América y en algunos países de Europa como
gol olímpico, tal como se lo conoce hasta nuestros días.
En declaraciones a la prensa, Onzari no dejó claro si tuvo o no intención de
rematar directamente al arco, al decir "Salió
porque tenía que salir. No hubo otra cosa. Nunca más pude hacer otro gol igual.
Fue el mejor de mis goles. Sobre todo por la repercusión que tuvo y por el
asombro de tanta gente", lo que nos hace pensar que quizás la
verdadera intención del delantero quemero fue la de tirar un centro.
Y justamente, “Te tiro un centro” es lo que elegimos escuchar en la voz de Bernardo Monk y la guitarra de Iván Elizaincín, de Club Atlético Fernández Fierro.
2) El gol que todos dijeron haber visto.
El
segundo de nuestros elegidos, es un tanto mitológico, conocido como “el gol
imposible” y es el que le marcó el por entonces delantero de Independiente Ernesto Grillo a la selección inglesa el 14 de
mayo de 1953.
Decimos
mitológico porque, si bien la conquista fue conseguida ante 85.000 personas que
colmaban el Monumental de River Plate,
si se sumaran todos los que posteriormente afirmaron haber estado ahí en el
momento, se necesitarían varios estadios para albergarlos.
Lo
cierto es que ese día, la selección argentina derrotó por primera vez en la
historia a su similar inglesa por tres goles a uno.
La
jugada que pasaría a la historia ocurrió cuando los visitantes ganaban por uno
a cero y fue descripta en el libro “Historia del fútbol argentino” (Editorial
Eifferl, Buenos Aires, 1958, página 520) diciendo
que Grillo, “… Recibió un pase largo de Cecconato, y avanzó resueltamente; eludió en
su marcha a dos contrarios y entró al área rival cerca de la línea del córner.
Tres compañeros de Grillo corrían hacia la valla inglesa siguiendo la jugada de
aquel: Cecconato, Micheli y Cruz. Cualquiera de los tres estaba en condiciones
de recibir el pase y shotear con éxito. Barrass se recostó sobre valla y
Dichtburn, el arquero, se colocó algo adelantado de modo de poder
interceptar el pase o el centro corto que la lógica racional indicaba era
lo que debía hacer Grillo, a quien Garret perseguía desesperadamente. El pase
al medio o el centro corto: eso era lo que aguardaban Barrass, Dichtburn y la
multitud toda. Pero no fue lo que hizo Grillo, sino que shoteó y la pelota pasó
por el espacio que había entre al arquero y el poste, para ir a cuadricularse
en los piolines. Por ese mismo espacio entró Grillo a la historia del
fútbol”.
No vamos a discutir aquí si fue
un golazo, si fue tan imposible o no, que no es el propósito de estas líneas.
Solo nos quedamos con la significación histórica del tanto, que forma
parte de la mitología del futbol argentino. Tan así es que, en conmemoración
del mismo, se decidió consagrar al 14 de mayo como el Día
del Futbolista Argentino, y la fecha fue adoptada por el gremio (FAA) para
homenajear a afiliados y personalidades que ayudaron al sindicato.
Por
muchos años, los inventores de este deporte se negaron a reconocer la derrota
sufrida, alegando que el representativo británico era un combinado y no un seleccionado nacional.
Más
allá de reconocimientos, lo cierto es que cuando vieron que la pelota ingresó
en el arco inglés, los integrantes de aquel equipo se miraron atónitos y se
preguntaron: ¿Qué está pasando aquí?
Años
después, otro grupo de ingleses, Blackmore, Coverdale, Lord, Hughes y Paice, le
pusieron letra y música a ese asombro. Y lo paradójico es que la historia se
repitió en México 86 cuando otro argentino desairó a varios ingleses en México
86 en lo que fue el mejor gol de la historia de los mundiales, que será nuestro
tercer hito en estos goles.
Pero
ahora, recordamos a Ernesto Grillo, que fue el primero que hizo que ellos se
preguntaran: What´s Goin´ On Here?
3) El gol que, literalmente,
vio todo el mundo
Así como es imposible que al gol de Grillo a los ingleses
lo hayan visto en vivo y en directo las multitudes que así lo afirmaban,
creemos que no es aventurado decir que hay un gol que ha sido visto por todo el
mundo. Y esto nos lleva a hablar del argentino más relacionado con la historia de los mundiales de
fútbol, el “barrilete cósmico”, apodo que nació el 22 de junio de 1986.
Ese día, por los cuartos de final
del Mundial de México, Diego Armando Maradona fue el autor de dos goles para la
historia: uno, el de “la mano de Dios” que hasta hoy desvela a los rivales que
no entienden de ese tipo de picardías; y el otro el ocurrido a los 10 minutos
del segundo tiempo, en el que en un corrida memorable de 55 metros en 11
segundos, Maradona fue esquivando y desairando ingleses para hacer finalizar la
pelota en el arco de Shilton.
Especial por la instancia
mundialista, por el rival, por el recuerdo en esa época reciente de la Guerra
de Malvinas, el gol fue además elegido por la FIFA como el mejor gol de Siglo
XX y, por ende de la historia de los mundiales.
Como siempre es buena ocasión
para volver a verlo, lo haremos ahora, con el relato de Víctor Hugo Morales,
que desde ese “ahí tiene la pelota
Maradona” hasta el “por este Argentina 2, Inglaterra 0” metió poco más de un
minuto de pura poesía.
Luego, Argentina sería campeón al vencer a
Bélgica en semifinales y a Alemania en la final, transformando definitivamente
a Diego Armando Maradona en una leyenda. Leyenda que, además, cumplió el sueño
que como niño había expresado ante cámaras: el de jugar un mundial y salir campeón.
Y justamente, “El sueño del pibe”
en la interpretación del propio Diego, es lo que elegimos para cerrar este
recuerdo de goles memorables.
El gol es la culminación del juego. Alguien definió a la sensación de convertir un gol como lo más parecido a un orgasmo. Y cuando el gol es especial, por su belleza o su trascendencia, ese orgasmo es más intenso aún.
ResponderEliminarSi bien el reglamento dice que para convertirse el gol el balón debe trasponer completamente la línea de cal, me viene a la memoria uno que vi que no tuvo esa condición y que fue dado como válido. Esto pasó durante un partido del cual no recuerdo el rival y lo "convirtió" el loco Dalla Libera la pelota no se sabe por donde pasó, posiblemente por algún lugar donde la red estaba rota, y el árbitro lo dió como válido. En esos años los partidos se veían a la noche por tv en un programa en el que uno de los conductores era Macaya Márquez que fue el que mediante 'tecnologia" de aquella época pudo dilucidar el asunto ya que por la trayectoria de la pelota y del lugar donde fuera impulsada era imposible que hubiese entrado por el marco donde debía hacerlo. El maestro de periodistas Dante Panzeri definió al gol como un orgasmo, desde este relato podemos decir y afirmar que en fútbol también existen los "interruptus" que también se festejan
ResponderEliminarBello relato, hermosa música. Para mí el fútbol es como la música, y los goles vendrían a ser algo así como el remate de una pieza musical, algunos mejores que otros, algunos inolvidables, algunos intrascendentes. Gracias Sergio!
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