Un tricampeón en la historia - Por Sergio M.


(En este espacio rescataremos hechos y personajes de nuestro deporte, injustamente olvidados y relacionaremos sus historias con algunas elecciones musicales -bastante eclécticas por cierto- que ilustren las narraciones).

El 27 de mayo se cumplieron 50 años de la noche en la que Estudiantes de La Plata se consagrara como el primer equipo en ser tricampeón de América. El Pincha vivió en aquellos años una época de gloria.

Gloria que había llegado con la era del maestro Osvaldo Zubeldía. Técnico incomprendido en su tiempo, fue un  revolucionario que le cambió la cara a Estudiantes y al fútbol argentino. Y metió al club en la historia de los campeones. Primero fue la consagración inédita del Metro del 67, con milagroso triunfo ante Platense en la semifinal (perdía 3 a 1 y ganó 4 a 3, hazaña que dio origen a un cuento imperdible de Walter Vargas, titulado “Del diario íntimo de un chico rubio”); luego, paliza a Racing por 3 a 0 en la final jugada en el Viejo Gasómetro de San Lorenzo. Y decimos consagración inédita pues fue el primer equipo fuera de los cinco grandes en ser campeón en la era profesional del fútbol argentino.  Después llegaría el subcampeonato invicto del Nacional del 68 (por primera vez en nuestro medio, un equipo terminaba un torneo sin derrotas). Y la gloria internacional: tricampeón de la Copa Libertadores de América (1968, 69 y 70) y campeón interamericano  (ante el Toluca, en 1968) e intercontinental (luego reconocido por la FIFA como Campeón del Mundo) en la inolvidable noche de Manchester del 16 octubre del 68 con una hazaña nunca igualada: es el único equipo argentino que dio una vuelta olímpica en Inglaterra.
En 1970, todos los equipos participantes de la Copa, iniciaron el torneo con el objetivo de destronar al entonces bicampeón vigente de la misma; no solo no lo lograron, sino que ni siquiera pudieron  vencerlo en algún partido. Estudiantes, como lo estipulaba el reglamento de entonces, en su calidad de campeón de la edición anterior, accedió al certamen continental en semifinales. En esa oportunidad no hubo viajes de por medio, sino que el rival fue River. Sendas victorias le dieron al Pincha el pasaporte a la final: 1-0 como visitante en el Monumental con gol de Juan Ramón Verón, y 3-1 en La Plata, con tantos de Solari, el propio Verón y Echecopar.
En la final el cruce fue con Peñarol de Uruguay, hasta entonces el único que había ganado tres veces la Libertadores, aunque no consecutivamente. Primer chico en 57 y 1. Éxito por la mínima diferencia con golazo de Togneri a los 42 minutos del segundo tiempo.  El mítico Centenario aguardaba a Estudiantes para la revancha  y, ante sesenta mil fanáticos enardecidos,  el 0-0 final  le dio su tercer título seguido de la Copa Libertadores de América. Aquella conquista agónica en la ida y la férrea defensa,  sumada a las atajadas de Errea en la vuelta fueron suficientes para quedar en la historia definitivamente.
El gol de Togneri en "El Gráfico"
Aquella formación pincharrata, de sólido esquema de juego y mucha personalidad, reconoce su origen en la famosa “tercera que mata”, que revolucionó el fútbol de su categoría a partir de 1963, dirigida por Miguel Ignomiriello. El tricampeón tenía  a su figura descollante en un tipo, cuyo nombre y apellido ya son sinónimo de la historia de Estudiantes: la Bruja, Juan Ramón Verón,  extremo habilidoso y con gol, un verdadero crack,. Pero a su talento se le sumaban la seguridad de Poletti en el arco; la firmeza de Aguirre Suárez y Malbernat, en defensa, a la que Madero y Manera, le sumaban ductilidad y manejo en la salida; la sabiduría y trajín de Pachamé, Medina y Bilardo (el Narigón resultó el único que tuvo asistencia perfecta en los cinco títulos internacionales del club en la época), el juego del Bocha Flores y el sacrificio de todos. Porque ese equipo de Estudiantes era sobre todo eso, un equipo,  en el que el conjunto estaba por encima de las individualidades, y funcionaba como un mecanismo de relojería salido de la inteligencia de Zubeldía y su profe Kistenmacher, bajo la conducción del Presidente Mariano Mangano.
Esta cohesión del grupo se notó aún más en aquellas finales de 1970. Es que, por diversas circunstancias, muchos de los baluartes nombrados no pudieron estar en las mismas (emblemático es el  caso de Poletti, Aguirre Suárez y Manera, suspendidos por largo tiempo por la escandalosa final intercontinental de 1969 contra el Milan, luego de la cual hasta estuvieron presos por 30 días). Pero había recambio. Aparecieron en escena entonces, Errea, Spadaro, Pagnanini y Solari, entre otros, y el funcionamiento siguió intacto. Y el resultado fue el mismo de los años anteriores. El León campeón de la Libertadores por tercer año consecutivo, imbuido de una mística que se ha transmitido por generaciones a los posteriores integrantes de los planteles, logren o no los objetivos deportivos. 
Vaya desde aquí este recuerdo, y  para avivar la nostalgia de sus hinchas, les dejamos dos temas musicales que amalgaman distintas épocas, recordando glorias pasadas y presentes. Primero, la milonga “La Albirroja” en la voz de Ángel Amadeo.

Y para finalizar, una bella canción que mezcla a aquella generación gloriosa  con las posteriores en su letra. Se titula “El cielo nos queda muy chico” y la escuchamos en la versión de su autor, Iván Sadovsky.



Comentarios

  1. Gracias señor Maltempo. Por recordar nuestra rica y entusiasta historia. El ADN pincha , la mistica ,nuestra gloria, gracias por reconocer y entender nuestro corazón albirrojo. Aguante los resultadistas. Abrazo grande Sergio y siga con sus grandes y ricas historias

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  2. Excelente revivir la epopeya del Pincha tricampeón¡¡ Yo tenía 20 años y me hiciste recordar esos años gloriosos. Seguramente mis nietos recuerden en un futuro la epopeya de la gloriosa banda roja de la era Gallardo. Abrazo.

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  3. El Pincha de esa época planteaba la dicotomía que había que ganar como fuese aunque no gustase, pero lo que no puede discutirse es que sabía a lo que jugaba y obtenía los resultados que se proponía. Tanto Zubeldía como don Miguel supieron amalgamar en EQUIPO en el que mezclaban rústicos y dúctiles en el manejo del balón. Pero lo mejor de todo esto es que aún esa mística fue heredada y Estudiantes de La Plata continúa en ese mismo camino. Salud Pincha un Quemero te saluda.

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  4. Graciassssss amigoooo ver estos recuerdos a los pinchas nos llena el corazonnn y nos hace mas de ESTUDIANTESSSS ,realmente q grande q somos aunq a muchos les pese

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  5. Iván Sadovsky dice que le dedicó esa canción a Saúl Rezses, fanático del pincha que había fallecido hacia muy poco y que se juntaba religiosamente con sus amigos pinchas, del Max Nordau y la mayoría parientes, todos los.dias en el café Parlamento de 8 y 50.

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