Tres soles - por Emilce Moler * 20/04/20
Hoy
hace 42 años que salí de la cárcel de Villa Devoto, con 19
años y en libertad condicional. Legalmente, todavía era una presa
política. Me dieron 48 hs para llegar a mi nuevo domicilio, en Mar
del Plata, elegido por mis viejos, ante la imposibilidad de volver a
mi casa en La Plata.
¿
Porqué eligieron esa ciudad ? Fue por mi devoción por la playa.
Ante
el futuro incierto de esos días, el mar lo iba a mitigar.
Mi
primera salida sola fue al mar. Estaba fresco, pero había sol. Bajé
a la playa, me descalcé y el contacto de los pies con esa arena
tibia fue una sensación intensa.
Puse
mi campera inflada debajo de la cola y me recosté en unos palos de
carpas: resabios de la temporada. Alcé la cabeza, cerré los ojos y
el sol me dio de pleno en la cara.
No
tenía todavía lentes oscuros, no los necesitaba, quería sentir esa
tibieza en la cara y entornar la vista para mirar el mar, prolongar
las miradas, sin tiempo...
Me acordé porque hoy soy una de las afortunadas que tiene una terraza. Abigarrada de plantas, encuentro lugar para poner una reposera entre la una y las cuatro de la tarde cuando da el solcito. Me preparo un mate, libros de papel y electrónicos, el celular, y me quedo disfrutando ese tiempo y ese espacio de sol. Hasta que me avanza la sombra, y las macetas son pesadas para correrlas pero no importa, me adapto, me corro yo. Me viene bien para cortar la lectura y contestar un whatsapp, ver un video, reirme de un meme, mejorar el mate. Vuelvo a acomodar la reposera y aprovecho para hablar con amigas, leer últimas noticias que llegan todo el tiempo, repetidas, dispersas, superfluas, inquietantes...
Vuelvo a la lectura. Me enganché con este libro, por suerte. Hacía mucho que no me pasaba: ¿ Era culpa mía o de los libros que elegía ? No importa. Le pego como diez minutos corridos. Me va quedando menos tiempo de sol, estiro el cuello, casi no puedo mirar el libro porque me da la sombra. Aprovecho a whatsappear sobre nuevas series, clases virtuales de gimnasia, librerías que hacen delivery. Nos mandamos abrazos, stickers, nos prometemos muchos brindis.
Ya hay sombra en casi toda la terraza. Me quedo un rato parada sobre la pared con los últimos rayos, mirando los videos de mis nietas, riéndome sola. Se acabó el sol, pero no importa.
Lo disfruté un montón. Bajo a la casa a mirar alguna serie recomendada y a tejer, si tengo ganas.
Tres soles sobre mi cara: el mismo sol y tan distintos, en momentos tan diferentes.
Hoy estoy libre, no tengo dudas, lo siento, lo disfruto, lo valoro, lo gozo.
* Emilce Moler, es una de las victimas de la "Noche de los Lapices", ocurrida el 16 de septiembre de 1976 en la ciudad de La Plata, hecho del cual también sobrevivieron Patricia Miranda, Gustavo Calotti y Pablo Díaz. Fue secuestrada cuando tenía 17 años y era militante de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES). Permaneció en centros clandestinos, en la cárcel de Villa Devoto y con libertad vigilada hasta sus 20 años.
Muy cálido cuadro, pintado con tus palabras. Gracias!
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