Hoy - por Anahí Grisel Acevedo

Descalza
entre derrumbes y
jardines poblados de misterios,
la vida se desplaza
convirtiendo colibríes
en bandera engalanada.

Aún
con grises sueños incumplidos
pienso en melancolías de colores ausentes,
en dolores cercanos que me amparan,
en los hijos ajenos que transcurren
de lado a lado cumpliendo sus destinos
o en aquellos
que enarbolaron desperanzas.

Aquí
entre diarios y cartones que la miseria entrega a
los abandonados de la historia.
A aquellos cuyos nombres se han borrado
de tanto y tanto andar doloridos de todo, henchidos de nada.
Pienso en las promesas de justicia, en la mano que acaricia,
en las hojas sin palabras para llamar
al aliento y la calma.

Y
la garganta se cierra porque se rompen todos los destinos
cuando sola atravieso la noche que sacude
cada procesión a los lamentos.

Amanece,
recobra la voz la intuición
de la sonrisa, el aliento y la fe.
Para
sentir de nuevo
otra vez
la retórica de la virtud teologal
de bienes prometidos.