Bitácora - Tercera de Junio - por Osvaldo Daniel Acosta
Tercera semana de junio , esta bitácora de pandemia se sigue completando, con las vivencias que va despertando este tiempo único.
La costumbre de hacer un inventario cada diez días, genera este texto.
Día 50
Este inventario se va completando con sensaciones que se transforman en este conjunto de palabras.
Segundo inventario de cuarentena.
Me quedará esta libertad encerrada
este encierro con libertad provisoria.
Me quedará la certeza que hay vidas
y muertes de primera y de segunda,
que no es lo mismo decir, que hay vidas y muertes
que son mucho más honorables que otras.
Me quedará el saber que tanto el aire
como una conciencia tranquila,
no se pueden comprar por más dinero que se tenga.
Me quedarán los mates compartidos en cualquier momento del día,
con charlas y con silencios que acompañan por igual.
Me quedará la incertidumbre del futuro,
en "la nueva normalidad", que seguramente no tendrá nada de normal.
Me quedará la tozudez de los de siempre
que no saben rendirse y a pesar de los pesares
en pleno tembladeral, siguen con el cuidado solidario del otro.
Termino de escribir este segundo inventario,
mirando el televisor que se ve muy bien apagado.
Día 51
La costumbre de hacer un inventario cada diez días, genera este texto.
Noventena.
Qué lejos quedaron los primeros días,
en los que pensábamos que pasaría pronto.
Lavados de manos, barbijos caseros y de diseño,
cuidados y lavandina rebajadas llegaron para quedarse.
Cómo llego para quedarse la incertidumbre tan cierta ,
como la vida misma, como el sol que mansamente
sale cada mañana, para confirmarnos que hay que seguir.
Serán más los días, todo así lo indica,
el mundo seguirá girando,
con sus injusticias cada vez más injustas y
con las pequeñas revoluciones que sanamente,
también seguirán revolucionando todo.
Mi madre y la intención de plasmar en este texto su vida.
Día 52
Historia de una mujer.
Mujer de otro siglo.
Mujer madre.
Mujer prodigadora de amor incondicional.
Mujer trabajadora incansable.
Mujer entre mujeres, amiga de sus amigas, viajera empedernida.
Mujer cocinera de recetas, con ese amor único que sabía dosificar, como un ingrediente especial.
Mujer de manos generosas y mirada transparente.
Mujer de sonrisa pícara y palabras sabias.
Mujer que cuido de nuestras vidas, para que luego cuidaramos de ella.
Mujer que con asombrosa puntualidad, como quien llega al final de una maratón,
al otro día de su cumpleaños, cerró su ciclo de vida.
Mujer que al partir , me dejó su presencia como un aroma de amor ,
que acompañará el resto de mi vida.
El tiempo es veloz - David Lebón, Fito Paez
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