Antecedentes penales (errados). - Por Sergio M.

 (En este espacio rescataremos hechos y personajes de nuestro deporte, injustamente olvidados y relacionaremos sus historias con algunas elecciones musicales -bastante eclécticas por cierto- que ilustren las narraciones)

 

Durante mucho tiempo, el fútbol moderno se jugó sin que existiera la sanción del tiro penal. Es decir que si algún jugador cometía una falta dentro de su propia área, se cobraba un tiro libre directo, aún cuando esa infracción fuera a pocos centímetros de la línea de meta. Ante la injusticia que conllevaba el hecho de que, ante un gol casi inminente se lo impidiera mediante infracciones, cuya ejecución muy pocas veces tenía ese final, se reglamentó el penal.

Aquel cambio, que significaría un antes y un después en la historia del fútbol, tuvo origen en un hecho puntual. En la fina de la vigésima edición de la FA Cup inglesa,  que se disputara el 14 de febrero de 1891, el Notts County derrotaba por 1 a 0 al  Stoke City. A pocos minutos del final un jugador del equipo vencedor interceptó con su mano un envío que inexorablemente terminaría en gol, a muy escasa distancia de la línea de meta, sancionándose un tiro libre directo a ejecutarse desde el lugar de la infracción, repitiendo lo que se había transformado ya en una costumbre; ante la inminencia de una anotación, los defensores cometían una falta que, evidentemente, favorecía al equipo infractor.

Este hecho volvió a poner en escena una discusión que databa de unos años atrás, en que los representantes de Irlanda habían propuesto a la International Board un cambio en el reglamento que permitiera sancionar dichas faltas con un tiro directo desde un punto ubicado a 12 yardas de la línea de gol y con todos los demás jugadores -excepto el pateador y el arquero- ubicados al menos 6 yardas detrás de dicho  punto. Este cambio fue aceptado y puesto en vigencia a partir del mes de junio de 1891 y, con distintas variaciones reglamentarias, sigue vigente hasta nuestros días.

Es así que hoy, como todos sabemos, se sanciona con penal cualquiera de las infracciones que conllevan un tiro libre directo, cometidas dentro del área del equipo infractor, y consiste en el lanzamiento de un tiro desde el punto penal, sólo con el arquero del equipo defensor entre el ejecutante y el arco. Es decir que es una de las ocasiones más propicias para marcar un gol (el porcentaje de penales convertidos en la última Superliga Argentina fue superior al 70%). Pero como lo indica la estadística, puede fallar. Y vaya si hay ejemplos de penales malogrados.

Sin entrar en el recuerdo del record que ostenta Martín Palermo, que erró tres penales en el mismo partido de la Copa América 1999, limitaremos nuestro tarea a la Primera División del fútbol argentino, hablando de penales errados y de quienes, aún en contra de su voluntad, han quedado en la historia.

Pasaremos por alto a quienes han marrado un penal ya que la cantidad de ellos haría interminable este recuento. Pero, si fallar la ejecución de un penal es malo, ya errar dos en el mismo partido puede considerarse una tragedia personal para el ejecutante. Pues bien, eso sucedió cuatro veces en la historia del fútbol argentino, con la particularidad de que a uno de nuestros protagonistas le ocurrió dos veces.

En efecto, el 22 de abril de 1973 se enfrentaban, en Núñez,  el Huracán de Menotti, puntero invicto del torneo Metropolitano de aquel año contra River Plate. Y Perico Pérez le atajó dos penales a Miguel Ángel Brindisi en un partido que terminó a favor del Millonario por 1 a 0, cortando el invicto del Globo.


Años más tarde, el 5 de diciembre de 1982, Boca recibió a Instituto y, nuevamente, Brindisi dispuso de dos penales para que su equipo pase a ganar el partido, uno en cada tiempo. Pero nuevamente el arquero rival -en este caso Carlos Alberto Munutti- se interpuso entre Miguelito y el gol, atajando ambos disparos. Al final, fue triunfo de la Gloria por 1 a 0 con gol de Dertycia.


Los otros dos casos, le ocurrieron  a Carlos Horacio Salinas en el partido en el que su equipo, Chacarita Jrs. perdió por 2 a 1 ante Central Norte de Salta, el 8 de enero de 1978, en el que el arquero Sergio Alberto Castello le contuvo los dos penales de los que dispuso.

El último tuvo como protagonista a dos arqueros. Es que, el 16 de marzo de 1997, José Luis Felix Chilavert desperdició sus dos penales ante Unión de Santa Fe, cuyo arquero Marcelo Yorno se transformó en héroe del equipo santafecino que ganó por 1 a 0.


Con la salvedad siempre hecha de que sólo erran penales quienes los patean, y haciendo un simple  repaso por la calidad de los ejecutantes que fueron protagonistas de los hechos que recordamos (por ejemplo, Brindisi es el mediocampista con más goles en el fútbol argentino, y Chilavert ostenta la misma marca entre los arqueros), nos está permitido inferir que si les ha pasado a ellos, le puede pasar a cualquier jugador. Y justamente, los dejamos con “A cualquiera le puede pasar”, en la interpretación del Cuarteto Leo.


 

Comentarios

  1. Recuerdo dos penales que fueron errados, el primero lo ejecutó el "Atómico" Mario Boyé jugando para Huracán en un partido contra River si mal no recuerdo. Cabe destacar que Boyé pateaba como una y difícil que desde los doce pasos no terminara en gol. Empezó el ritual colocando la pelota en el punto establecido, tomó carrera y esperamos el grito de gol, pero esta vez pateó con la misma potencia y el balón pegó en la base del poste izquierdo del arquero llegando la pelota casi a la mitad de la cancha.
    El otro fue pateado en un partido Boca vs Huracán siendo el ejecutor el 'loco" Zorzenon un 7 que jugaba creo primero en Atlanta y luego en el Tenerife, pateó la pelota y aún no entiendo como fue a parar al banderín del córner. Si como lo digo al banderín del córner, increíble si lo hubiera hecho a propósito no le salía

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  2. Mira q buenoooo lo de yorno. Chilavert no lo recordaba fue despues q c fue de estudiantes, seguro, a seguir amigoooooo

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