Un par de locos - Por Sergio M.
(En este
espacio rescataremos hechos y personajes de nuestro deporte, injustamente
olvidados y relacionaremos sus historias con algunas elecciones musicales
-bastante eclécticas por cierto- que ilustren las narraciones)
El
tema de hoy puede llegar a entenderse como una apología de la locura. Es que
vamos a hablar de dos locos. Aclaremos que nos referiremos a locos en el sentido en que nosotros,
los que nos creemos normales, designamos a aquellos que por sus actos,
afirmaciones, respuestas, formas de ser o de pensar, se corren de lo
establecido, de lo esperable, de lo que la sociedad considera sensato.
En
la actualidad, y esto puede comprobarse consultando cualquier diccionario, se
dice en todo momento que la locura es “la pérdida de la razón”; pero en uno de
los ensayos de su Ortodoxia, Chesterton ofrece una visión más certera:
“Ciertamente –dice- nada hay tan equivocado como la frase hecha con que se
designa la locura: la pérdida de la razón. No, loco no es el que ha perdido la
razón, sino el que lo ha perdido todo, todo menos la razón”. Y para nosotros,
los dos personajes a los que nos referiremos son locos en ese sentido.
Uno
de ellos terminó de transformarse en leyenda el 22 de marzo de 2018, día de su
fallecimiento (sí, casualidad o no, se murió el 22 que en la jerga quinielera
es el loco) y el otro se encuentra en plena vigencia. El primero cae simpático, fue querido y es admirado por casi todos, en cambio el segundo resulta muy
controversial entre los argentinos, especialmente.
Entrando
de lleno en el asunto que nos convoca, comenzamos con René Orlando Housemann, quien fue, para mí
(y con todo el respeto y la admiración
que siento por otros cracks), el eslabón
perdido. Es la pieza que explica el paso entre los jugadores de fútbol normales
y Diego Armando Maradona.
René
Orlando Houseman heredó el apelativo de “Loco”, que parece caberle a todos los
“wines” del fútbol argentino, y le hizo honor dentro y fuera de la cancha. En
el campo de juego, con improvisaciones que dejaban a sus rivales muchas veces
en ridículo; en la vida, con actitudes de las que seguramente él fue el menos
culpable, pero que incidieron para que su estrella se apagara en forma
prematura. Campeón en Primera C con Defensores de Belgrano, luego fue pieza
fundamental del Huracán del “Flaco” Menotti, que deslumbró y ganó el Metropolitano
de 1973, y figura desequilibrante en la Selección Argentina, con la que se
consagró campeón mundial en 1978. En su ocaso, llegó a clubes como River e
Independiente, aunque terminó su carrera de vuelta en el ascenso, vistiendo la casaca del club del que
siempre fue hincha: Excursionistas.
Por
entonces, parecía que el esplendor del “Loco” era cosa de la prehistoria, y sin
embargo se había consagrado campeón del mundo apenas siete años atrás. Tenía 32
años, pero su rostro (también su físico, claro) mostraba las huellas de una
vida cargada de excesos, que jamás pudo controlar.
Su
adicción al alcohol, de la nunca pudo escapar, terminó tempranamente con su
carrera, a pesar de haber dejado anécdotas que, contadas por el propio
protagonista, resultan simpáticas, como la de aquel día de 1973 en el que
Menotti tuvo que ir a rescatarlo de una fiesta un domingo a la mañana en el que
Huracán enfrentaba a River y Houseman jugó medio borracho. Él contaba que ese día
hizo el gol y pidió el cambio.
El
restante, es un loco más académico. Marcelo Bielsa se ganó el apodo de loco por su obsesiva contracción al trabajo, Bielsa es un hombre complejo y frontal, que
vive, juega y habla de la misma manera generosa y tajante, defendiendo un
sistema apoyado en ideas, y cosechando por ello admiradores y detractores. Como
seleccionador argentino tuvo logros que se pueden valorar y otros que se pueden
denostar, así, por ejemplo, su selección de 2002 fue eliminada en primera ronda de un Mundial y dos años después
ganó el oro olímpico.
Luego
llevó al fútbol chileno a un nivel muy cercano al de la elite mundial, donde
nunca antes había llegado. Antes y después revolucionó ciudades enteras al
dirigir a los equipos de Athletic,
Olympique Marsella y, actualmente
al Leeds United.
Desde
las anécdotas que se cuentan de su
infancia hasta la actualidad, pasando por sus exitosas campañas en
Newell's y Vélez, entre otros, su
tensión permanente con los poderes que rigen el fútbol y su sinfonía agridulce
al frente de la Selección argentina, el que aparece, siempre, es ese mismo
"loco" Bielsa que tiene el respeto como mandamiento y el amor a la
tarea como principio.
Es
que, estamos ante un ex deportista que no parece tal, pero que a la hora de dirigir a sus equipos elige siempre un atuendo deportivo, dejando de lado los trajes u otro tipo de ropa "seria" o considerada más apropiada por el establishment. A pesar de su pública exposición se revela como alguien tímido y casi huraño; le molesta el trato con la prensa, a la que suele descolocar con largas y analizadas respuestas ante planteos que parecen simples. Un tipo que en público es casi incapaz de mostrar sus sentimientos, pues dice que emocionarse le da cierto pudor. Pero a todas esas características son atravesadas por su obsesión detallista, por su deseo de tener una respuesta anticipada ante cada situación, y esto que lo consume no es más que su vocación.
Un
loco que es capaz de devolver un gol conseguido por su equipo por considerar
que sus propios jugadores tomaron una ventaja indebida. Algo que por estos
lares, además de impensado, sería catalogado como ridículo. O cosa de locos.
Así,
no sólo de locura hablamos, hablamos de genialidad. Y lamentablemente también,
de otras cuestiones menos amigables.
Puesto
a la tarea de ilustrar musicalmente estas historias, teniendo en cuenta que la
figura de Houseman fue objeto de varios homenajes artísticos, elegimos la canción que Beto Asurey le dedicará a René, “Sobre la hora (Con alma
de wing)” interpretada por La Shomería y que va precedida por el video institucional que el
canal TyC Sports también le tributara,
titulado “El hombre casa”
Y
para aquel, cuya adicción al trabajo hace que un tipo tan honesto e
inteligente se vea como raro, les
dejamos a Los Auténticos Decadentes haciendo “Loco (tu forma de ser)”.
Recuerdo haberlo visto debutar en el viejo estadio Gral. San Martin de Mar del Plata, pocos lo conocían incluido yo. Era un tipo esmirriado, desgarbado pero cuando entraba en contacto con la pelota se transformaba en un prestidigitador en un Copperfield del balón. Jugaba como vivió. En esa época Ramón Vazquez que había sido jugador del Globo y era cobrador del club, cuando antes te venían a cobrar o a casa o a la oficina me contaba que cuando volvía a su casa por la noche, pasaba por la casa donde vivía el Loco,y que siempre escuchaba un ruido que no podía descifrar. Un día se le ocurre mirar hacia arriba y ve a Rene subido al árbol que había en su vereda y cuya rama se apoyaba en frente de la casa. Le pregunta que hacia allí arriba y le contesta que siempre se olvidaba las llaves.
ResponderEliminarMuy lindos locos los dos ,Rene un gambeteador como pocos y muy querido x todos y de bielsa q decir sigue haciendo locuras jaja buena nota y a seguir
ResponderEliminarExcelente paseo por la vida de dos locos extraordinarios!! Ojalá... *tan eternos *, que siempre vivan en los relatos de quienes tuvimos la suerte de disfrutarlos!!! Gracias por la frase de Chesterton.
ResponderEliminarExcelente paseo por la vida de dos locos extraordinarios!! Ojalá... *tan eternos *, que siempre vivan en los relatos de quienes tuvimos la suerte de disfrutarlos!!! Gracias por la frase de Chesterton.
ResponderEliminarBielsa es la síntesis del director técnico argentino. Supera la vieja división entre menotistas y bilardistas, tomando cosas de cada uno de ellos y mejorándolas. Si no fuera por el 2002 estaría en el pedestal de los argentinos.
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