De fogón, mate y otras yerbas: Hoy, Hermano Hormiga - Por Mariana Weingast


Mayo de 2020, pandemia de por medio y la distancia social en la que estamos sumergidos, evocar recuerdos de fogones que inviten a matear, al decir de Chango Rodríguez, se me hace casi reparador. La vida diaria se nos puso patas para arriba, y más allá de las distintas circunstancias de cada quién, algunas pocas mejores que otras y, en general, problemáticas, se hace necesario bajar un cambio; dejar volar la mente a lugares amigables es saludable.
Y pocas cosas pueden generar la sensación de calidez que da un buen fuego alrededor del cual reunirse, guitarreada y unos mates para amenizar, siempre. Por eso, mi primer acercamiento al Blog desde la escritura, y en honor a su nombre, va a ser para convidarles un sano recreo para el alma, y viene del lado de la música popular.
A mediados del 2019, se editó un álbum que hoy por hoy me resulta imprescindible, y es Hermano Hormiga, donde los artistas Raly Barrionuevo y Lisandro Aristimuño forjaron una alianza musical que comenzó en el 2006, a fuerza de zapadas informales y presentaciones en diferentes pueblitos de nuestro país, donde se dieron el gusto de interpretar temas de sus autores favoritos, hasta que se consolidaron como una entidad espiritual entre ambos, hermanados por el amor a la música.
Quién conoce un poco de la vida y obra de Raly, sabe que hay un concepto que lo atraviesa y es la trashumancia. Técnicamente, refiere al pastoreo entre zonas de clima complementario donde el ganado se desplaza en forma estacional, a larga distancia, para aprovechar pasto verde todo el año. Pero como filosofía de vida, sería un andar “hacia el mejor humus”, una doble caminata en búsqueda de emociones y finalmente, hacia el encuentro del otro. Esto, dicho por él en numerosas entrevistas.
Este álbum, editado de manera independiente por el sello Disco Trashumante,  vino a lograr ese encuentro entre estos dos músicos que provienen de distintas vertientes: uno, del folklore y el otro navegante del rock, pop y su variante electrónica, para regalarnos una obra despojada de toda la parafernalia de la modernidad, y llevarnos a distintos puntos de  sus carreras, como a la recreación de temas del cancionero popular latinoamericano.

Cuenta con 12 temas y fue grabado en pleno living de la casa de Raly Barrionuevo, en Unquillo, Córdoba, en un ambiente sin tratamiento acústico, donde las canciones se elevan, las voces se escuchan puras, limpias,  acompañando el ir y venir de las guitarras,  con cuerdas de acero y criollas, y muchos instrumentos diversos, como un cuatro venezolano, que nos permiten disfrutar de una delicadeza artística de principio a fin.
Las versiones de “El Surco” de Chabuca Granda,  “Ojalá que llueva café”, de Juan Luis Guerra, y “El necio”, de Silvio Rodríguez son la prueba más contundente del nivel del trabajo, que además incluye temas de cada uno de los artistas, que eligieron en forma cruzada, y dos temas inéditos: "Vida" de Aristimuño y "Amanda" de Barrionuevo, especialmente compuestas para el proyecto, con el sello propio de cada uno de ellos, pero aunados en el espíritu que logra esta, para mí,  pieza de colección.
La selección de temas del folklore latinoamericano no parece librada al azar; son inoxidables, actuales, conmovedores y reveladores ante cada escucha. Todo parece encajar a la perfección, al decir de Aristimuño en alguna entrevista que dio por ahí: “De un trabajo surgido de un vínculo íntimo, viene a soplar una cuestión que nos trasciende: el desarrollo de un pensar (nos) general, social y colectivo, sin desmesurar nuestras voces y los cantos. La lucha por reivindicar la canción, la popularidad de las palabras y una carga que nos incluya”.
Espero puedan disfrutarlo. Ojalá que así sea.  





Comentarios

  1. ¡Excelente nota!A cada palabra me suma las ganas de escuchar este álbum, del que no tengo idea alguna. Tengo ganas de más!!!!!.Genia

    ResponderEliminar
  2. Buenísimo. No conocía a Aristimuño hasta que escuché este disco.

    ResponderEliminar
  3. Comparto de punta a punta, desde la rueda junto al fuego, la juntada, el encuentro, hasta el disco. Todito. Sin desperdicios!

    ResponderEliminar
  4. Pensar que el Rally empezó como un rockerito más allá en Santiago y recorrió su camino hasta llegar a este artista popular imprescindible que es hoy. Y Aristimuño aporta lo suyo para lograr un excelente resultado.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un rockerito más, jajaj, es verdad, así dice. Y terminó siendo un inmenso referente necesario.

      Eliminar
  5. Hermoso! Disco que para mí también paso a ser imprescindible..
    Encantador, sanador.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares