JANE ADDAMS Y LA AFIRMACIÓN IMPOSTERGABLE DEL OTRO - por Lic. Carolina Beresi

 

Jane Addams no es una mujer reconocida. Por el contrario, se trata de un nombre olvidado en la historia por muchos años.

Solo quienes se dedican a indagar los inicios del Trabajo Social identifican su acción, su pensamiento y su aporte a esta profesión.

Muchos Trabajadores Sociales la conocemos desde hace poco tiempo y muchos no la escucharon nombrar nunca.

Como Trabajadora Social dedicó su vida a la praxis y al estudio social y por su extensa trayectoria y su defensa irreductible de la paz durante la 1ra. Guerra Mundial fue ganadora del Premio Nobel de la Paz en 1931.

Esta defensa que se tradujo en la fundación, junto a otras muchas mujeres, de la “Liga Internacional de Mujeres para la Paz y la Libertad” en el año 1915, de la que también fue presidenta.

Sabemos que, en esos años, la participación política de las mujeres era muy restringida y esta iniciativa permitió que más de 1500 mujeres se reúnan en La Haya donde se manifestaron desobedientemente en contra de la guerra.

Hacer el recorrido de su vida es recorrer también una etapa histórica de grandes cambios políticos, culturales, económicos, demográficos y científicos a nivel mundial. 


Y nos permite ver como toda su obra persigue la defensa de los derechos y del reconocimiento humanitario de personas que pertenecían a colectivos que hasta el día de hoy continúan reclamando mayores niveles de igualdad e integración social.

El trabajo desarrollado por Jane Addams se ubica a finales de 1800 y primeras décadas de 1900 en Estados Unidos.

Desocupación. Inmigrantes europeos escapándose de las consecuencias de la Revolución Industrial. Muchas familias en la calle. Discriminación y violencia contra afroamericanos. Trabajo infantil.

Mujeres luchando por acceder a la educación superior, al voto, a una vida que saliera de la órbita de gobierno de los hombres, la aceptación de parejas conformada por dos mujeres (conocidos como matrimonios bostonianos).    

Jane Addams trabajó activamente para erradicar estas problemáticas.

Lo hacía desde un compromiso absoluto con el Otro, con los despreciados, con los marginados, con los excluidos, realizando importantes aportes para que esta profesión deje de pensarse como una actividad benéfica o caritativa. Comienza a preguntarse por las causas que originaban esas desigualdades sociales contra las que ella luchaba. 


Uno de sus aportes más significativos a esta disciplina estuvo dada por la creación de la Hull House en Chicago, que constituyó el inicio de lo que hoy conocemos como Centros Comunitarios y formó parte del movimiento conocido como settlement.  
     
La Hull House se convirtió en un Hogar destinado a recibir principalmente a inmigrantes europeos, pero también a niños, a madres sin recursos y a todo aquel que necesitara un lugar de contención.
Se trabajaba con voluntarios (especialmente mujeres) que eran llamados “residentes” y para poder integrar el staff de residentes había que ser estudiante universitario. Esto permitió que los conocimientos de distintas disciplinas se entrecruzaran y aportaran sus saberes para la intervención con quienes se encontraban en dicho centro. Sentando así las bases de lo que luego se conoció como Extensión Universitaria.

Además, los residentes debían vivir por cierta temporada en Hull House, porque Jane Addams entendía que solamente compartiendo la vida (aunque por un corto periodo de tiempo) con las personas que requerían ayuda en Hull House, podrían comprender sus sufrimientos y sus necesidades y podrían, luego, pensar en otras maneras de lograr su inclusión social. Esto implicó que Hull House se convirtiera en un lugar donde se realizaban todo tipo de estudios sociales y sociológicos. 

Siendo visitado por los grandes pensadores de la época, surgiendo como un espacio de reflexión y difusión intelectual. Todo lo que, sin duda, promovió una visión científica del abordaje de la Cuestión Social, dejando de lado al voluntarismo benefactor.


                                                                                  Hull House

Hull House se apartó de la caridad para acercarse a la justicia social, los valores democráticos y la promoción humana mediante la educación, desde una concepción que se enfrentaba a los valores dominantes en esos tiempos.

Addams pensaba que “nuestros cuerpos están hechos para el cuidado”, y desarrolló su tarea en base a esa idea, muy cercana a la idea del cuidado materno como única posibilidad de enfrentarse al pensamiento que privilegia la competencia, el aspecto material, la agresividad y la fuerza como valores dignos de reconocimiento.

Esta institución fue pionera en muchos ámbitos: fue el primer baño público de Chicago, el primer gimnasio, la primera cocina pública, la primera pileta pública y el primer pequeño teatro de EEUU. También se realizaron allí las primeras exhibiciones de arte y numerosas charlas sobre diversas temáticas por los distintos pensadores que la visitaban. 

Vale la pena mencionar la anécdota del “Bebé Diablo” como un ejemplo de la mirada de Jane Addams ante los problemas y su manera de abordarlos.

Comenzó a circular por Chicago el rumor de que en Hull House, (lugar donde se recibían a inmigrantes, enfermos, familias en la más profunda miseria, excluidos y rechazados por la sociedad de la época) una mujer habría dado a luz a un niño con múltiples deformaciones debido a las crueldades de su esposo. El niño era llamado “Bebé Diablo” y despertó tanta curiosidad que todos los días acudía una pequeña multitud intentando ver a dicho bebé.

Inútil eran las explicaciones de los residentes acerca de la falsedad de los rumores, las personas seguían acudiendo e inclusive muchas mujeres llevaban a sus maridos para que “vean” lo que sus violencias podían provocar.

Jane Addams pudo haberse quedado con la idea de que este fenómeno era producto de la ignorancia de estas personas, descalificando a quienes se dejaban llevar por la curiosidad. Sin embargo, tuvo una actitud totalmente distinta. Comenzó a preguntarse qué fibras internas eran movilizadas de tal manera en estas mujeres que se acercaban insistentemente para intentar ver al “Bebé Diablo”.


Desarrolló entonces, profundas y detalladas entrevistas con cada una de estas mujeres y descubrió que todas ellas referían historias sumamente duras, marcadas por la violencia familiar, la violencia de género, violencia laboral, abusos de todo tipo, miserias, la muerte de hijos por enfermedad, por hambre o por la guerra. Siendo algunos de estos dolores llevados internamente en tanta soledad, que en ciertos casos nunca habían sido mencionados a nadie.

También se preguntó por las cosas recordadas por estas mujeres y de las cosas que eran olvidadas por ellas. Haciendo hincapié en la manera en que la memoria selecciona los sucesos de nuestra vida y como esta selección permitía a algunas seguir adelante mediante el adormecimiento y el olvido o la resignación.

Este proceso dio lugar a que Jane Addams pudiera recopilar mucha información, luego volcada en el libro “El Largo Camino de la Memoria de las Mujeres”.

Nos queda la pregunta de por qué una vida totalmente dedicada a la intervención social y al estudio de la Cuestión Social (con todas herramientas que tuvo a su alcance), con reconocimiento internacional y aportes concretos a distintas disciplinas científicas ha quedado ella misma marginada y excluida por tantos años.

 Distinto - Teresa Parodi


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